Pica pica bajada cordón

Pica pica bajada cordón. PROA21. Fundación PROA

Pica pica bajada cordón

PROA21

El 5 de octubre se inauguró en PROA21 la exhibición «Pica pica bajada cordón», curada por Martín Huberman. 

Esta muestra reúne obras de fotografía, estudios urbanísticos y objetos de diseño para espacios urbanos, con el objetivo de ofrecer diversas perspectivas sobre la vereda porteña, centrándose especialmente en el barrio de La Boca. 

También incluye un apartado dedicado al historial de intervenciones diseñadas por arquitectos y artistas locales e internacionales en la vereda de Fundación Proa. 

La exposición forma parte de la 19ª Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires.

Con un enfoque en la vereda, la selección de obras refleja los múltiples aspectos de la vida que este elemento del espacio urbano puede capturar. 

Las fotografías de Horacio Coppola, Marcos Zimmerman, Cristóbal Palma, Ignacio Coló, Iván Breyter, Daniela Mac Adden, Fernando Schapochnik y Pedro Ignacio Yañez elaboran relatos múltiples en torno al paisaje arquitectónico que remiten tanto a la historia de Buenos Aires como a su realidad actual. 

Las piezas de diseño de Guillermo González Ruiz – Roland Shakespear, Diana Cabeza y Grupo Bondi, junto con el mapeo del arbolado público de la ciudad a cargo de Martín Simonyan, iluminan la dimensión planificada, a la vez vital y conflictiva, de este espacio.

Un video y un mural de fotos componen una memorabilia de todas las acciones realizadas por Fundación Proa para el espacio público a lo largo de su historia, que incluyen instalaciones monumentales, proyectos educativos para la comunidad y experiencias performáticas.

Pica pica bajada cordón. PROA21. Fundación PROA

Pica Pica, Bajada Cordón

Una exhibición sobre la vereda porteña

Texto de Martín Huberman, curador de la muestra.

La trama que caracteriza a la Ciudad de Buenos Aires, cuya traza es oriunda de tratados españoles para el dominio colonial, dispuso a la manzana como célula madre en la conquista urbana del territorio. 

En esa constitución básica de urbanidad celular, el núcleo sería destinado a albergar principalmente todo aquello que define el ámbito de lo privado, y estructuraría un espacio práctico para la domesticidad y otros derrames programáticos que definen a la vida puertas adentro. 

Por fuera de aquel núcleo todo sería de índole pública, es decir territorio aún indómito y hostil, dónde se ubicarían las infraestructuras que proyectarían a la ciudad a otra escala, un sistema evolutivo y sin dudas funcional.

Para proteger y nutrir al núcleo habitable el sistema dispondría de una membrana celular, cuya acción fundamental sería la de mediar en las interrelaciones entre el afuera y el adentro, lo público y lo privado y especialmente entre habitantes, abrazando a la escala humana como fundamento y principio estético. 

Esa membrana adoptaría las formas de aquello que hoy llamamos vereda.
La vereda es ante todo el primer espacio público, y en ella se desarrollan un sin fin de intermediaciones entre dominios técnicos, cívicos e individuales.

Como organismo tecnocrático, es ahí donde se distribuyen infraestructuras de todo tipo, algunas a simple vista en sistemas aéreos y otras ocultas en tramas subterráneas, que sirven, conectan, integran, drenan o desagotan, de manera solapada y silenciosa gran parte de los fundamentos necesarios para el desarrollo de nuestro ser urbano. 

Como estructura social, es en la vereda que se producen y se suceden gran parte de nuestros actos cívicos, condensando relaciones vecinales, profesionales y hasta inter especies, que le dan verdadero carácter y densidad a nuestra ciudad.

A escala de nuestro contrato social como urbanitas, ¿Qué nos define más como ciudadanos, el cuidado de nuestras casas o de nuestras veredas?  ¿Es posible que, en esos escasos tres metros lineales, de cordón a fachada, podamos representar nuestra verdadera idiosincrasia urbana? ¿Y por ende, podemos definir a través del estudio de nuestras veredas la urbanidad que verdaderamente nos merecemos? 

Esta muestra dispone un catálogo de observaciones, de un grupo heterodoxo de profesionales que pasaron tiempo con la cabeza gacha, en gesto pensante, buscando en nuestras veredas rasgos identitarios ensayando sobre la especificidad de la construcción identitaria urbana desde nuestras veredas.

Pica pica bajada cordón

PROA21

Curaduría

Martín Huberman

Artistas

Iván Breyter

Diana Cabeza

Ignacio Coló

Horacio Coppola

Facundo de Zuviría

Guillermo González Ruiz – Ronald Shakespear

Grupo Bondi

Daniela Mac Adden

Cristóbal Palma

RRAA.-

Fernando Schapochnik

Martín Simonyan

Pedro Ignacio Yañez

Marcos Zimmermann

Los Artistas

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Fundación Proa

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