La Última Cena de Wilson Abreu. "Wilson Abreu es uno de los creadores más vitales y enérgicos de las últimas décadas, que a pesar de su hermética personalidad, sigue trabajando con agudeza y poder en cada trazo y símbolo qué construye con manos y memoria, iracunda y poética a la vez." Abil Peralta Agüero

La Última Cena de Wilson Abreu

«Wilson Abreu es uno de los creadores más vitales y enérgicos de las últimas décadas, que a pesar de su hermética personalidad, sigue trabajando con agudeza y poder en cada trazo y símbolo qué construye con manos y memoria, iracunda y poética a la vez.» Abil Peralta Agüero

La Última Cena de Wilson Abreu

«Wilson Abreu es uno de los creadores más vitales y enérgicos de las últimas décadas, que a pesar de su hermética personalidad, sigue trabajando con agudeza y poder en cada trazo y símbolo qué construye con manos y memoria, iracunda y poética a la vez.»

Abil Peralta Agüero

A propósito de La Última Cena de Wilson Abreu, factura contemporánea, un último llamado urgente de reflexión por la paz mundial

En ocasión de esta Semana Santa, a modo de contemplación y reflexión sobre el panorama sombrío que retrata y define el mundo actual, comparto la simbólica y mística pintura La última cena del artista dominicano Wilson Abreu.

Wilson Abreu es uno de los creadores más vitales y enérgicos de las últimas décadas, que a pesar de su hermética personalidad, sigue trabajando con agudeza y poder en cada trazo y símbolo qué construye con manos y memoria, iracunda y poética a la vez. 

Partiendo del esquema compositivo trazado por Leonardo da Vinci en su célebre pintura mural La última cena, pintada sobre muro en el refectorio del Convento María Delle Grazie, Milán, Italia, entre 1495 y 1498; Abreu nos propone una formulación pictórica en formato de caballete en la que se apropia del cruce y atmósfera de tensión y movimiento que instaura Leonardo.

Abreu agrega a la fuerza simbólica y sígnica de su propuesta estética, los artefactos del arsenal dominante de la tecnología electrónica y digital de nuestro tiempo como elementos acompañantes y herramientas de trabajo en manos de Jesucristo, para la toma de decisiones claves en favor de la redención de la humanidad en estado de peligro inminente y real en tiempo s.xxi. 

Y en la composición visual, en primer plano, la sugestiva y dramática imagen asociativa del demonio, sí el demonio, que tienta al sujeto traidor, pistola en mano y en ristre, como representación simbólica de todas las armas de la guerra, para que desate las premoniciones apocalípticas al que al parecer, están condenadas las naciones si no frenan ahora, el odio, el rencor y el individualismo, y en cambio sembramos un clima y diálogo urgente de paz. 

En la escena que, como en Leonardo, Jesús comparte con sus discípulos una última cena mística de ruta y planificación en Jerusalén antes de la crucifixión.

Aquí Jesús, imbuido en la fuerza de su omnipotencia y omnipresencia teológicamente contemporánea, nos retrotrae a este tiempo siglo sin XXI, para que su palabra y la de sus discípulos sea un manifiesto para el amor, perdón, arrepentimiento y reflexión como una apuesta URGENTE a la paz mundial. 

Gracias Wilson Abreu por esta magnífica pintura que tuve el privilegio de ver y contemplar en su más íntima significación estética, plástica y simbólica, durante su última exposición en las salas del Centro Cultural de las Telecomunicaciones en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, en el año 2016.

Abil Peralta Agüero

Crítico de Arte

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